Aspectos biográficos de ellas sobre la zunga. Por Devanir da Silva C.
Esta es una historia que involucra un amigo y su uso de la zunga.
Erase una vez compartiendo en una piscina una tarde de calor en un pasado no demasiado lejano. Yo, como siempre, si se me presentaba ante la oportunidad de un chapuzón en piscina yo y mi zunga somos uno, mientras un tercer compañero bañándose, con previa autorización del dueño de casa, sin ningún traje de baño. En el dialogo con mi amigo, habiéndome visto darme unas vueltas en crol en la piscina, me dice:
-“Si, me gustaría volver a usar zunga”.
-Y yo le digo “¿En serio? ¿Y cuando dejaste de usarla?”
-El me responde “Cuando mi mujer me lo pidió”.
-Yo le vuelvo a preguntar “¿Y porque te lo pidió?”
-El comienza a explicarme “Por pudor. Pero ya ahora estoy pensando en volver a usar zunga porque ya sería mucho el hueveo”. -Y continúa “es que todas mis parejas se han vuelto, con los años, más conservadoras o menos innovadoras en nuestra relación, y uno de los aspectos que se ha manifestado esto es el tema de piscina”.
El caso del dicho “dime como viste tu pareja y te diré como eres” se aplica aquí.
Es un interesante pensar, como he reflexionado en otras ocasiones, en torno a la representación de lo masculino en las mujeres. Si bien estamos hablando en un mundo heterosexual, no necesariamente se restringe a ello. Pero ciertamente opera una filtro de la imagen de pareja, por parte de las mujeres, y lo que ellas esperan tener a su lado. Un hombre en zunga – o un tipo de zunga – puede ser uno de aquellas imágenes.
Me sentí bastante identificado con eso dado que en un momento tuve, por circunstancias, usar otro zunga que tengo al que uso regularmente de color negro. Y al ponérmelo y prepararme para bajar a la piscina del edificio con mi hija, mi compañera de vida me dice que:
-“No uses ese porque se ve muy….gay”.
-“¿Sí?” -le digo yo.
-”¡Si!, ¡Y no quiero que te vean con ese zunga!” -Finalmente me respondió enfáticamente.
Esa zunga, con la que me preparaba para bajar a la piscina con mi hija en particular tiene un detalle que, posteriormente, he pensado que sería "el detalle" que le molesta a mi compañera. La zunga de repuesto que usé ese día tiene una forma que permite que se forme un “paquete”. Y eso no le gustó a ella. (No todas las zungas son iguales. Por color, corte, diseño o confección algunas zungas pareciera que aplanan, mientras que otras pareciera que dan mayor volumen al "paquete")
Entonces, mi sospecha es que hay algunos elementos de la biografía de las mujeres entorno al uso, en sus parejas, del uso de zungas.
Así que ahí es también un lugar fructífero para entender las complejidades de la zunga que no solo está en los varones que lo usan sino en el entorno inmediato de aquello que lo usa. O sea es, como muchas cosas, un tema social que no es tema de conversación sino en lo interpersonal pero que nos dice muchas cosas sobre el carácter de los/las chilen@s.
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