PANDEMIA: DOLOR, SANACIÓN, AMOR, PISCINA Y MIS AMADAS ZUNGAS.
20.06.2021 21:31
La pandemia nos ha afectado A TODOS, sin embargo, NO A TODOS POR IGUAL. Y aunque cada persona y cada familia es “Un singular mundo en si mismo”, tampoco es menos cierto que algunas vivencias con mayor o menor frecuencia se van repitiendo en algunos grupos familiares.
De eso mismo trata la siguiente nota, de cómo la pandemia ha dejado una huella en la vida de cada uno de nosotros, y por supuesto en como la zunga ha sido ese compañero inseparable en el proceso.
-El Dolor:
Entre la incertidumbre, la pena de perder a un ser querido, el miedo de enfermarse y enfermar a otros.
Para comenzar diré que durante este periodo entre 2020 y 2021 ha sido muy duro, en lo más personal el coronavirus me golpeó muy fuerte y me arrebato uno de mis mayores afectos…Mi papá a sus 82 años en ese 1ro de octubre, ese hombre hermoso que me enseñó tantas cosas con su sabiduría campesina, y entre ellas a ver la vida con mayor naturalidad y soltura.
Por otra parte, mi mamá salió menos afectada y se ha logrado recuperar bastante bien del principio de ACV, y por cosas de la vida que nunca entenderé y sólo aceptaré, los dos estuvieron internados en el mismo hospital al mismo tiempo, has sido una experiencia de la cual emocionalmente ya estoy mejor.
Yo junto a mi padre quien nos dejó este año a causa del covid.
-La Sanación:
Dando movimiento a las cosas para curar el alma.
La dolorosa experiencia dio paso a trabajar un proceso de sanación interior y dar rienda suelta a la propia expresión de mi ser (zunguero), Y es por eso que “En un arranque (impulso)” algunos días después del funeral de mi papá convencí a mi esposa que compráramos una piscina armable para nuestra casa.
Entre los dos Miramos varios modelos de distintos tipos y marcas, luego medimos el patio. Yo estaba un poco “traumatizado” con la triste y estresante situación y necesitaba relajarme. Así que dijimos, “Ya, ¡Hagámoslo no más!” y sin seguir pensandolo la compramos; luego de concretar la compra dedique parte de mi tiempo a preparar las cosas en mi casa para instalar la piscina, es decir, emparejar terreno, poner la malla para filtro UV, etc.
El terreno ya emparejado por mí. El trabajo fue parte de mi proceso de sanación.
La maya para filtro ultravioleta instalada en mi patio esperando la nueva piscina.
Por otro lado, y no es secreto para nadie en el mundo entero (que por la misma pandemia) hemos tenido que reforzar nuestros hábitos de higiene (uso de mascarillas, alcohol gel, frecuente lavado de manos, desinfectantes en aerosol, distancia social, etc.) evitando al máximo “La movilidad” con el fin de evitar contagiarse ni propagar el virus. Por lo que salir a veranear nos parecía algo innecesario e incluso irresponsable. Pero además, en el caso de mi mamá debíamos visitarla periódicamente para su cuidado y salud física y emocional. Por toda esa mezcla de factores, y por supuesto, porque parte de mi “sanación” incluía usar mis amadas zungas, es que finalmente se decidió que era necesario disfrutar de una piscina en casa…. Y junto a ello disfrutar de mis zungas ¡Claro esta!
ZUNGUERO CHILENO: A la izquierda: Yo zungueando en la playa acompañado de mi madre como en muchos veranos pasados.
A la derecha lo que era hasta el momento mi “nueva realidad”. Yo confinado en verano visitando a mi madre en pandemia.
En este Proceso de Sanacion, tambien le he dedicado tiempo a mi hogar, construyendo en mi casa (¡Pero no lo hago en zunga!, como alguien me lo sugirió, por el impacto en las casa colindantes…ja! ja! ja!) pensando en que aunque me he cuidado del sol al bañarme, sin embargo no fue tan así al construir, pues, debido a mi trabajo, el verano es el único periodo que tengo para hacer arreglos en casa.
Yo realizando trabajos de construcción en mi hogar. Parte de mi proceso de sanación.
Yo realizando trabajos de construcción en mi hogar. Parte de mi proceso de sanación.
Yo realizando trabajos de construcción en mi hogar. Parte de mi proceso de sanación.
Debo mencionar que a mis 37 años soy un ochentero y noventero de corazón y me encanta la música electrónica chillout, por lo que en mi "terapia de construccion-sanacion" recurrí a mis antiguas bandas sonoras de carretes y relajo, de esos días de playa en Viña del Mar cuando estudiaba en Valparaíso que me ayudaban a alejarme de los problemas con un “personal stereo” caminando a la orilla del mar. (ja! ja! ja!…¡Caída de carné!)
-El Amor:
Esa Fuerza/Espacio/emoción que nos hace sentir que “estamos donde debemos estar”.
No es un tema menor que la “cuarentena” ha modificado o al menos “alterado” la forma en que convivimos en nuestro grupo familiar, entre personas que se aman, viviendo confinados entre cuatro paredes. Y no hablo únicamente del “Amor espiritual”, que en si es un gran tema, también hablo la manifestación de nuestro ser sexual, con “apetitos” y con necesidad de expresarse.
Sintiendo esa comodidad y complicidad, confianza y seguridad que me da mi esposa al conocer mis expresiones y fetiches, y además se despierta ese morbo ligero de verse y mirarse tan natural, y lo menciono porque aún no tenemos hijos, permite estar más holgado, sin inhibiciones y el disfrute en pleno; ojo, como hombres también tenemos ese derecho a sentirnos sexies, sensuales y objeto de deseo de nuestras parejas aunque no seamos un “Adonis” bajado del olimpo (…aunque algo entrené ente noviembre y diciembre y siento mucha falta del gym). Y como escribí en una nota anterior la ayuda de una pareja jugada y comprensiva es un gran aporte y mas te aferras a ese amor, esa es mi esposa.
ZUNGUERO CHILENO: Yo usando zunga “tipo suiten” (Colaless) a modo de “ropa cómoda de casa” en compañía de mi esposa. El vivir solos en pareja permite este nivel de comodidad y complicidad.
-La Piscina:
Nuestro “Autorregalo” para abrazar el alma.
Bueno, y entonces llegó la piscina y tuvimos que armarla y en un día llenarla, así que por ahí cerca del 10 de octubre, se inauguró la temporada y haciendo todos los cuidados de mantención hasta el día de hoy. Desde entonces ha sido una verdadera terapia y literalmente me he sentido como pez en al agua, un espacio de comodidad, de apertura y tranquilidad.
La piscina recién sacada de su empaque.
La piscina con agua ya armada en el patio.
La piscina montada sobre el terreno emparejado y cubierta para mantenerse limpia.
ZUNGUERO CHILENO: Yo en zunga junto a mi nueva piscina que me permitió poder disfrutar de un verano zunguero en casa durante la pandemia.
ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando de la piscina en dos ocasiones distintas con distinto zunga.
ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando en zunga dentro de la piscina junto a mi esposa.
ZUNGUERO CHILENO: Listos con mi esposa para entrar a la piscina. Obviamente yo en zunga.
.....Y mis amadas zungas:
…Para entonces ya era en octubre y esas zungas que llevaban meses guardadas en los cajones de mi comoda ya querían Salir al Sol, y yo por mi parte, moría de las ganas de usarlas. Fue así que saqué todo el arsenal que tenía hasta inicios de febrero de 2021 para que se convirtieran en “mi vestimenta en casa durante los días de calor”.
Mi colección de zungas tendidas en el colgador de ropa sobre mi nueva piscina listas para ser usadas durante la pandemia en casa después de su hibernación anual.
Entonces en los tiempos en que no trabajaba, No estaba en “reunión telemática” y el clima estaba bueno por el calor, entonces hubo que sacarlas y así zunguear en casa.
ZUNGUERO CHILENO: A la izquierda: Yo “vestido” para modo teletrabajo. A la derecha: quitándome la ropa después del trabajo para disfrutar del día en casa en zunga y sin polera.
ZUNGUERO CHILENO: Yo en zunga dentro de la casa y en el patio. Así me la pase durante varios días de calor el pasado verano durante la pandemia.
Pero bueno, la cosa es que también tuve que tapar parte de los alrededores de mi casa con malla, por un tema de privacidad. Aunque en casa como les decía, uno está mucho más desinhibido y dependiendo de los espacios que ocupas porque cuando vives en condominio y hay espacios comunes no puedes llegar y moverte desde la piscina al antejardín en zunga o en colaless. Parece muy doméstico lo que escribo, pero en la práctica lo entenderían, digámoslo, no está aún la tolerancia suficiente aunque sea gente joven.
Debido a mi “Verano Zunguero en Casa Modo Covid” tuve que cubrir parte de los alrededores de mi casa para poder disfrutar de mi desnudez en zunga tranquilamente sin alterar la vida de mis vecinos.
ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando en zunga en el patio de mi casa. Este verano recién pasado pude disfrutar varios días de calor en casa casi vestido únicamente con mis zungas.
ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando en zunga en el patio de mi casa. Este verano recién pasado pude disfrutar varios días de calor en casa casi vestido únicamente con mis zungas.
ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando en zunga en el patio de mi casa. Este verano recién pasado pude disfrutar varios días de calor en casa casi vestido únicamente con mis zungas.
ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando en zunga en el patio de mi casa. Este verano recién pasado pude disfrutar varios días de calor en casa casi vestido únicamente con mis zungas.
ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando en zunga en el patio de mi casa. Este verano recién pasado pude disfrutar varios días de calor en casa casi vestido únicamente con mis zungas.
Así que ya son mas 50 zungas con diferentes estilos, y me pregunto ¿Hasta dónde llegaré?…¡No lo sé!…sepa Moya o Dios…ja! ja! ja!, pero así es mi relación con este tarje de baño, con el cual uno se siente libre y trata de disfrutarlo a concho, además, por toda esa comodidad al nadar, la expansión de piernas en coordinación con los brazos, el secado rápido, fácil de poner y sacar, permite mejor bronceado y mas frescura en el lugar que sea; playa, piscina, río, lago, etc.
ZUNGUERO CHILENO: Yo y el resto de mi colección de zungas. Cuando salimos a veranear solo podemos llevar unos cuantos zungas en la maleta. Pero este año la pandemia me regaló la posibilidad de poder usar TODOS MIS ZUNGAS en casa.
Yo y el resto de mi colección de zungas. Cuando salimos a veranear solo podemos llevar unos cuantos zungas en la maleta. Pero este año la pandemia me regaló la posibilidad de poder usar TODOS MIS ZUNGAS en casa.
A pesar de todo el trabajo del año pasado más todo lo que me sucedió en mi familia, aún así sigo disfrutando, y ceo que me queda plazo hasta abril porque la temperaturas no bajarán mucho y además para aprovechar el tiempo después de las horas de clase en las mañanas vía teletrabajo.
La vida continúa pero la zunga, siempre ahí…amiga y compañera.
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¿Tienes una CRONICA ZUNGUERA EN PANDEMIA que hayas vivido?
Escríbenos a yousozunga@gmail.com y la publicaremos.
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