ZUNGA, MASCULINIDADES Y SEPTIEMBRE.
El usual problema declarado para las fechas de septiembre es, por un lado, la remembranza de un momento de disputa masculina como el golpe militar y, por otro, la creciente preocupación de la estética masculina por la desbandada – en el alcohol o la comida – en las fiestas patrias. Los medios levantan la preocupación de las mujeres, y en general también, de las condiciones que quedamos post fiestas y con algunos kilos demás. Ahora bien, la creciente preocupación de la estética masculina también abre la puerta para pensar a los sujetos masculinos en zunga. Porque la zunga en los “guatones” es considerado de mal gusto y es burla en los medios. Hay entonces una necesidad de una estética corporal masculina para la zunga. La zunga es aceptable cuando el cuerpo masculino tiene ciertas características y no otras.
VIDEO: Spot comercial del festival Latitud Sur donde se ridiculiza a los “Guatones Zungueros Chilenos”. Para ver el video completo hacer clic AQUÍ.
Me gustaría aquí detenerme en el segundo problema porque creo que el primer tema tiene dedicación, con justa razón y todos los años, exclusivo como “tema país”. Si bien me gusta hablar de “tema país” como educación del espíritu de la conversación, muchas veces busco otros temas para des-masculinizar los lugares de género desde donde nos - los varones - referimos a los temas de conversación. Convengamos que hablar de “temas país” es justamente una palestra masculina por esencia. Por tanto, hablar o escribir de la zunga y de la estética corporal permite dirigir la mirada sobre aspectos de lo masculino que es necesario visibilizar como temas aparentemente superficiales pero para posteriormente ir cuestionando, los elementos vivenciales, aspectos de la masculinidad hegemónica y mirar sus fisuras.
El (no) uso de zunga, y menos en relación a una fecha primaveral como septiembre, apunta y logra aflorar la valoración estética, y por tanto aspectos sociales, del cuerpo masculino. Había una época en donde hablar de zunga, usarlo o mencionarlo era prácticamente ser condenado a que fuera tildado de homosexual. Hoy eso creo que ha ido cambiando y es hoy un insumo para referirse a algo que ha estado siempre, el cuerpo masculino, pero que no se expone a la luz y debate público porque deja entrever y posibilita verlo como, paradojalmente, como una debilidad, como algo no estético, como algo para la risa. Todos estos elementos golpean la autoestima masculina pero no del individuo sino de la lógica colectiva masculina, en tanto grupalidad homogénea, heterosexual y que se pretende hegemónica. Y justamente la zunga es y permite ver la diversidad de cuerpos, usos y estéticas masculinas puesta en juego en su uso cotidiano y no tan cotidiano.
El zunga levanta muchos temas asociados porque los varones chilenos o el debate público como temas de estética, moralidad, decencia pública, etc. O sea que el problema no es el zungero en sí, sino los ojos que observan al zungero. La ofensa no es del ofensor/a sino del ofendido/a. “The beauty is in the eye of the beholder” (a belleza está en el ojo del observador) es un dicho que encaja perfectamente con esto. Se quiere decir entonces que lo estético no es un problema de moralidad sino de cómo una cultura designa valor (positivos o negativos) a ciertas prácticas, actos o imaginarios que son manifestados o materializados por otros/as.
HOMBRE VITRUVIANO V/S GORDITO VITRUVIANO:
“La belleza está en el ojo del observador”.
Las mujeres chilenas que conozco y que han ido a Brasil a menudo se sorprenden de la soltura con las mujeres brasileñas no tan bellas andan con colaless “como si nada” en la playa. Hay un prerrequisito en las mujeres (opinión de mujer chilena) de que hay que cumplir con ciertos parámetros para andar mostrando el trasero públicamente: sin estrías, sin celulitis y con forma de pera. ¡Si no tengo, como mujer estas cualidades, no tengo porque andar mostrando mi trasero por ahí!.
gordinhas (gorditas) de Ipanema
Entonces, esta misma norma estética (en su estructura no en tanto contenido) rige para los varones y la zunga se contrapone y además si eres panzón menos todavía. Incluso hay propaganda o spots que apuntan a esto y que claramente hablan de la estética de los sujetos masculinos. Entonces la supuesta de incompatibilidad de ser panzón y usar zunga tiene que ver con ciertos patrones culturales que rigen lo masculino y apuntan a cómo opera la cultura en relación a quiénes pueden usar qué cuándo.
ZUNGUERO CHILENO: Denis: El gordito chileno que no se hace rollos para usar zunga.
Reportaje diario La Cuarta. Para leer el reportaje haz clic AQUÍ.
La globalización – sabemos - conlleva, entre otras cosas, la obesidad como una epidemia global y por tanto “ser gordito” queda asociado a tener una condición de un estado no deseado porque no es esbelto. Alabamos a la estética de Botero pero se niega a nivel cotidiano porque es reflejo de una condición de una enfermedad global. No debato ni niego los elementos asociados a la obesidad sino las implicancias estéticas y de belleza al cuerpo masculino “entradito en carne”, que más encima se viste con zunga
El mes de septiembre justamente es un mes que lleva consigo el engordar y señalar qué es lo patriótico. En este caso, lo masculino y usar zunga es, todavía, poco masculino, y todavía asociado – culturalmente - a la homosexualidad.
Usar zunga no es signo de ser viril, y tampoco tiene que serlo. Y además el narcisismo y vanidad estético del macho chilensis claramente no deja verse en la zunga ni siquiera en su propio patio, con menor razón lo hará en una playa o en una piscina….. y menos aun si es gordito.
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