Zunga: Una Historia de autodescubrimiento, supereción y valentía.
05.11.2024 16:48
Antes que nada, me quiero presentar: me llamo Félix, tengo 40 años y soy de México. Quiero compartir que, de niño, siempre fui gordito y se me notaba bastante la panza, lo cual me generaba mucha inseguridad. Como cualquier niño, iba a las piscinas a darme un chapuzón y divertirme en el agua. A los seis años, por andar de travieso, me metí al agua y me desesperé; mi papá tuvo que rescatarme, aunque en mi desesperación también lo empujaba hacia abajo. No sé cómo, pero logramos salir, y aquel incidente se convirtió en un trauma. Además, nunca me quitaba la camiseta debido a mi complexión y crecí con el temor de mostrar mi cuerpo.
De mi niñez, recuerdo que iba a albercas, ríos y parques acuáticos, siempre con short y camiseta, quizás por costumbre o porque me sentía demasiado gordo para mi edad. Ya en la adolescencia, logré bajar de peso y ya no era tan gordo como en la niñez, aunque tampoco era delgado. Sin embargo, tenía un nuevo problema: era muy velludo, y eso me dejó la sensación de que la genética no había sido benévola conmigo.
En la preparatoria, organizaron un concurso para hacer lanchas con botes de cartón de leche; ganaba la lancha que soportara más tiempo y peso. El concurso se realizó en una alberca, y, como era fácil caerse al agua, era obligatorio usar traje de baño. Ese día, no me atreví ni siquiera a llevar un short, pues me sentía muy acomplejado; todos los demás sí lo hicieron. Un compañero que era triatleta usó un traje tipo zunga. Para simplificar el relato, me referiré a él como ‘bikini’, ‘bikini masculino’ o ‘traje de baño’ para evitar confusiones.
Para mis compañeros, el traje de mi amigo era llamativo, ya que no era común verlo, aunque todos sabíamos que él era deportista, por lo que entendíamos que su uso era normal. Esa fue la primera vez que vi a alguien cercano usando ese tipo de traje, aunque ya lo había visto en la televisión y revistas, así como a los clavadistas de la Quebrada de Acapulco. Fue también la primera vez que pensé en usar uno, aunque dudaba mucho debido a mi cuerpo. Un conocido que estaba allí presente me sugirió que me pusiera uno, pero solo me reí nerviosamente y evadí la conversación, asegurando que jamás me pondría algo así.
Angulo superior izquierdo. Miembros del grupo vocal mexicano “Garibaldi” usando tanga en la película “Donde quedó la bolita” del año 1996. Angulo superior derecho, El actor Mexicano Fernando Colunga en tanga en la telenovela “María la del Barrio” del año 1995. Angulo inferior izquierdo, el cantante puertorriqueño Chayanne en tanga actuando en la novela mexicana “Volver a empezar” del año 1994. Angulo inferior derecho, el actor mexicano Sergio Goyri en tanga en la telenovela “Te sigo amando” del año 1996.
Como es fácil apreciar en los noventas se naturalizó en México el uso de la tanga o zunga sobre todo en los medios de comunicación.
Siempre asocié el traje de baño tipo bikini con la natación, el polo acuático, los clavados y la playa, y en algún parque acuático ocasional, así que, desde mi punto de vista, nunca vi inconveniente en su uso. Mi país, México, es hermoso y tiene personas maravillosas, aunque arrastramos pensamientos retrógrados y muy machistas. Muchos de ellos son infundados y heredados de tradiciones arraigadas, lo cual estigmatiza el bikini masculino como prenda solo para “personas raras”. Afortunadamente, la percepción está cambiando, aunque lentamente.
Esto me resulta curioso, pues en países como Brasil, Europa y Australia es una vestimenta normal tanto para nadar como para recreación acuática, y he notado que nadie juzga ni hace comentarios despectivos sobre la fisonomía de otros; tanto hombres como mujeres parecen concentrarse en disfrutar del deporte y del agua, y la gente que los usa parece sentirse cómoda. Desafortunadamente, en México no tenemos esta cultura. Incluso en piscinas públicas y algunas privadas, el reglamento de vestimenta exige traje de baño de lycra o un short playero para quienes no prefieran el traje ajustado. No obstante, esta ‘ley’ suele ignorarse, y he visto casos en que personas se meten al agua con ropa de calle, camisetas, pantalones o shorts de mezclilla, lo cual está estrictamente prohibido, ya que ensucia el agua y daña los filtros debido a la pelusa que sueltan las prendas. Esto afecta las calderas y filtros a largo plazo.
Cabe mencionar que en los ochentas, el bikini masculino era una prenda de uso más extendido en México.
Desarollo: Primeros Intentos y el Miedo que no me Dejaba Nadar.
En 2003 y en los años siguientes, intenté aprender a nadar en varias escuelas sin éxito, pero fue entonces cuando compré un traje de baño y me animé a usarlo por primera vez en una alberca de la universidad donde estudié mi carrera de ingeniería. Aun así, nunca avancé debido al pavor que le tenía al agua, un miedo tan grande que llegaba a desesperar incluso a los entrenadores. Esa fue mi primera vez usando un traje de baño de ese tipo, pero no tuvo mucha relevancia en mi vida, ya que lo que realmente me aterraba era mantenerme a flote y nadar.
Pasaron varios años en los que dejé de nadar hasta que en 2011 decidí intentarlo de nuevo. Sin embargo, la historia se repetía: no lograba durar mucho tiempo, aunque seguía usando el mismo traje de baño e incluso shorts playeros encima. Debo decir que ninguna persona, al menos hasta donde yo supe, se burló de mí. De hecho, una compañera comentaba que con ese traje de baño tenía perfil de nadador profesional; y tenía razón, solo era el perfil, porque no había nada de profesional en mi técnica.
Estos fueron los primeros episodios en los que usé un traje de baño, pero me sentía incómodo por mi cuerpo, sumado al temor a nadar. Reconozco que me apenaba lo que la gente pudiera pensar, tanto de mi traje de baño como de mi apariencia física, pero así fueron esos primeros intentos. Con el tiempo, mi miedo y vergüenza hicieron que abandonara no solo el traje de baño, sino también las ganas de nadar. Aquellos episodios me hacían sentir vulnerable y retraído, ya que aunque tenía la intención, las barreras que yo mismo me ponía me impedían continuar. Llegué a sentir un gran desánimo, convencido de que era un fracasado y de que nunca lograría superar mi miedo.
Clímax: Superación del miedo.
Después de varios años sin meterme al agua en una piscina, llegó el 2016. Tras pensarlo mucho, decidí comprar nuevamente un traje de baño tipo bikini marca Arena, diseñado para nadar. Fui a una alberca privada, y armándome de valor, me puse el traje. Solo el traje, sin camiseta, a pesar de que mi cuerpo distaba mucho de parecer el de un modelo de revista. Decidí lanzarme “al todo por el todo”, como decimos en México. Aunque el miedo seguía rondando, no me preocupaba tanto la profundidad del agua, ya que sabía que no iría a la zona profunda por seguridad. Ponerme el traje frente a otras personas fue una gran victoria personal, como quitarme un enorme peso de encima. Temía sentir incomodidad o que me miraran como si fuera un espectáculo, pero cada quien estaba en lo suyo. Aunque alguien se fijara, ese era su asunto, no el mío. Desde entonces, ese traje se convirtió en mi favorito para llevarlo tanto a piscinas de natación como a balnearios, y nunca tuve problemas con el personal por su uso.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Ese fue mi primer logro. Más tarde, inspirándome en atletas y nadadores, decidí depilarme el cuerpo. Ya en agosto de 2022, volví a nadar y, esta vez, logré mantener la constancia. Comencé en nivel principiante y avancé hasta aprender los cuatro estilos de nado: crol, dorso, pecho y mariposa. Aunque aún me falta perfeccionar la técnica, disfruto el maravilloso viaje que es la natación. La seguridad al usar el traje pasó a segundo plano, y me enfoqué en nadar, sabiendo que los buenos compañeros de nado se centran en nadar y no en criticar a otros.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Durante este tiempo, recibí diversos comentarios, en su mayoría positivos, sobre el uso del traje de baño. Personas me elogiaban por la valentía y confianza que transmitía al llevarlo, tanto en persona como en redes sociales. Celebraban mi ejemplo de disfrutar la vida a pesar de las dificultades. Sin embargo, también llegaron comentarios negativos: críticas, burlas y hasta ataques directos. Algunos cuestionaban mi elección de traje, sugiriendo que debería cubrirme más. Recuerdo especialmente a una persona que, delante de otros, reprobó que usara esa vestimenta y luego, en un momento descuidado, me susurró al oído una crítica sarcástica. Aquella experiencia me dejó profundamente afectado, y fue la gota que derramó el vaso. La tristeza fue tan fuerte que decidí buscar ayuda profesional para abordar ese incidente y otros problemas acumulados.
En terapia, el psicólogo me explicó que no había razón para avergonzarme, que debía aceptarme tal como soy, mientras no haga daño a otros. Me sugirió alejarme de personas tóxicas y rodearme de quienes realmente me apoyan. También me habló de la "proyección", un mecanismo por el cual la gente que no se atreve a hacer algo que desea proyecta sus frustraciones sobre otros que sí lo hacen. Aquellas personas, incapaces de tomar una decisión por miedo o inseguridad, buscan descargar su enojo atacando y desprestigiando a alguien que sí lo hace. Comprendí entonces que no era yo el problema, sino la persona que intentaba herirme.
Hoy sé que los elogios no son mi objetivo al usar el traje de baño. Habrá gente que se burle, pero he aprendido a ignorarlos. Creo en el respeto y la convivencia pacífica; cada persona tiene derecho a su opinión, y algunos simplemente ven este tema como algo irrelevante. Gracias a la ayuda psicológica y al apoyo de mis verdaderos amigos, continué adelante. En algún momento pensé en dejar de usar el traje de baño, pero me alegra decir que no lo hice. Hoy lo uso para nadar, tomar el sol y disfrutar del agua. Mi felicidad y paz interior son lo más importante.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Desenlace: Reflexión y conclusión.
Gracias a estas experiencias, tanto buenas como malas, mi manera de ver las cosas ha cambiado. He aprendido a ser más tolerante y respetuoso con otros, a volver a tener confianza en mí mismo, a no hacer caso de lo que digan otros con respecto a mi físico, a ser más seguro, a centrarme en nadar y divertirme dejando atrás la cuestión de la vestimenta siempre y cuando sea apropiada y permitida para esas actividades, y, por último, a saber quiénes son mis amigos de verdad, quienes me apoyan por lo que hago y desean que sea feliz junto con ellos.
Si se me preguntara si me he vuelto más seguro, sin duda le respondería que sí, sin lugar a dudas. Usar el traje de baño, tanto practicando natación como yendo a los parques acuáticos, forma parte de mi personalidad. Como mencioné al principio, no debe etiquetarse a las personas porque fue una prenda de baño muy popular en los años ochentas y que aún prevalece en algunas regiones del mundo, así como los deportistas que lo usan. Si alguien que está pasando una situación similar a la que yo pasé me preguntara, le diría que no tuviera miedo. Temores e inseguridades siempre habrá; personas criticonas con malas intenciones que comentan cosas que no se deben decir, la falta de confianza y seguridad en nuestra persona, pero siempre hay una salida a esos problemas, solo hay que buscar el camino adecuado.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
Deseo hacer la invitación a las personas a que no se retraigan a usar un traje de baño como este. Si sienten que pueden mejorar su físico, no tanto por los comentarios de otras personas, sino por su salud, por ustedes mismos, y si no les es posible, está bien. Lo importante es no tener temor y ser uno mismo, manifestando seguridad y confianza, cosas que no solo ayudan en usar una vestimenta en particular, sino en todo ámbito de la vida: con la familia, el trabajo, relacionarse con otras personas, tener buenos amigos, aprobar un examen, realizar un proyecto… para varias cosas. El mensaje final es: si tienes el deseo de ponerte un traje de baño estilo zunga o bikini: ¡date la oportunidad y hazlo por ti!
Zunguero Mexicano: Usando zunga en la piscina.
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