Zunga y curiosidad infantil: Una tranquila tarde de zungueo familiar en Algarrobo.

10.12.2021 12:00

   

    Después de un 2021 bastante agitado laboralmente, aunque no exento de algunos fallidos intentos también en conseguir una pega mas estable, nos fuimos en familia a Algarrobo por tres días por unas minivacaciones. Este en realidad es una segunda escapada del encierro, pero ya con una sensación mas de veraneo. Obviamente me llevo la nueva zunga que me compré por MercadoLibre, un habito pandémico que he incorporado en la vida. Ya la he inaugurado en la temporada de piscina del edificio donde vivo.

La zunga que compré en MercadoLibre

 

    Bueno, al llegar a Algarrobo e instalarnos en nuestro puesto operativo para estos tres días. Llegamos y había harta gente circulando, y suponemos porque era domingo, pero nos aguantamos los tacos, aunque breves, sabiendo que probablemente el día de mañana lunes iba estar bastante mas despejado.

 

    La primera opción era ir a Canelillo, pero no alcanzamos ni llegar – menos bajarnos del auto - y se notaba lo abarrotado que estaba el balneario. Rápidamente pensando en plan B se nos ocurrió ir al Canelo, la reserva natural y si bien hay rocas mas que arena de playa probablemente iba haber menos gente. Y así fue. Aliviado de no tener que estar metido en un mar de gente en, donde además el aforo era probablemente nulo, nos hicimos paso en la playa del Canelo donde había una cantidad menor de gente y que claramente se cumplía el aforo.

 

    Ya instalados me saco la ropa y me dispongo a meterme al agua, no sin antes que las dos almas pequeñas que me acompañan en esta vida me piden encarecidamente ir a las rocas y buscar cangrejitos. Hecho y dicho, pero rápidamente me doy cuenta que no traje los calzados adecuados, así que fui a pata pelada entre los roqueríos dándoles la alegría de ver los cangrejitos, mientras mis pies claramente estaban gritándome, cuan papá Crood: deja de torturarme!!!

 

    Una vez saciada la sed de los pequeños pude dedicarme a bañarme en una pequeña bahía con agua que venía de las olas que se rompían mas adentro pero que llegaban como pequeñas olas. Y así estuve un rato, hasta que mi pequeño Diego decide acompañarme rompiendo su zona de confort y enfrenta su miedo al agua salada y fría. En eso nos acompaña otras personas (un hombre con su sobrina) y la niña curiosa por mi zunga se acerca y pregunta, pero el adulto le mira a su cara como diciendole “eso no se pregunta”. Y a pesar de eso hay un intercambio de conversa amable y pasa el rato.

 

    Los niños/as en su ingenuidad son mas directos/as y preguntan lo que se les viene a la mente, y pensando creo que también es una novedad no solo para los hombres, sino también las niñas ver hombres en zunga también es o constituye en una instancia de reconfiguración de la figura masculino en ellas. No me creo el Adonis ni el arquetipo de lo masculino, pero claramente creo que en parte esa escena permite hacerme esas preguntas. Y eso contrasta con la comodidad de “mis” cachorritos ya que están acostumbrados a la zunga de papá, y encuentran raro las bermudas de los otros. En esta playa no era tanto la observación de quienes rodean sino mas bien la tranquilidad de zungear sin justamente esa observación más masiva. Y la zunga también es para vivirla no para andar incomodando o irrumpiendo ciertos espacios sino para también vivirla como otro elemento mas, sin mayor preocupación y tampoco suscitar tantas miradas.

 

    Quizás es un tema de edad o etapa en que se vive, no sé. Pero sé que sigo disfrutando de zungear y la comodidad y practicidad de uso porque puedo bañarme, secarme y a los 5 minutos listo para ponerme shorts o pantalones sin mojarme ni andar mojado al almorzar o tomar una once en el algún lugar cómodo y cercano.

ZUNGUERO CHILENO: Yo disfrutando en zunga en El Canelo junto a mi hijo.


    La (in)comodidad de los/as chilenos de votar por un u otro candidato también es un tema que contrasta con la tranquilidad que se vive en unas minivacaciones, mientras los medios muestran que la campaña presidencial, segunda vuelta, está desatada. En todo caso yo no tengo ninguna incomodidad en votar por el candidato que me está cercano al corazón.

    Como el uso de la zunga es, tal como la política u otro aspecto de la vida, un tema emocional entonces ciertamente no debiera hacerse pesado usar ni votar por algo que se cree mejor para uno o Chile. Lo racional escasamente tiene algo que ver con la política o el uso de la zunga. Es lo emocional que guía la acción del sujeto para hacer algo. La comodidad o seguridad de optar por algo seguro, ya conocido. Ahora bien, también es cierto que hay que salirse de la zona de confort. Y ciertamente hay varios elementos que con Boric incomodan, como su edad, inexperiencia en el Estado, incertidumbre sobre su liderazgo, u otro, pero claramente esa incomodad queda en segundo lugar ante el adversario político en esta segunda vuelta.

    Igual aventurarse con algo que con lo cual no se siente del 100% seguro es un ejercicio que debemos no solo con la política sino con otros actos quizás mas intrascendentes en términos macro, pero muy importante en cada una de nuestras vidas. O sea, lo que quiero decir que para algunas cosas simplemente hay que tirarse a la piscina y ver que pasa. Algo así como un salto de fe zungero.

........Larga vida a la zunga!!!
 

 

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