Zunga y estallido mental
Verano de 2020… sin lugar a dudas un verano bien diferente. Acostumbro a vacacionar en enero, pero a causa del desfase en cuanto a trabajo y clases producto del estallido social, este año las vacaciones fueron en febrero.
El lugar elegido, un viejo conocido de mi repertorio: Guanaqueros, Tongoy, Vicuña… 4ta región acogedora y bella que invita al relax, la contemplación y el disfrute.
ZUNGUERO CHILENO: Luis disfrutando en zunga en la playa en la IVta región durante sus vacaciones.
Ya la zunga es habitual en mí, en todas mis salidas a la playa o piscina, por lo que el hecho de saber que vendrá uno de los momentos en que puedo disfrutar de ella, me trae expectativa de felicidad y relajo.
ZUNGUERO CHILENO: Luis en zunga tipo bóxer en la piscina en la IVta Región.
ZUNGUERO CHILENO: Luis en zunga tipo bóxer en la piscina en la IVta Región.
Ya con los años, no es tema para mí su uso, es lo obvio, lo natural, pero este año, quizás a raíz del mismo momento social tan especial que estamos viviendo, que ha traído también una mayor aceptación social a múltiples realidades e intereses, es decir una mayor apertura mental, eso que yo notaba en mí también lo empecé a observar en los lugares que visité.
ZUNGUERO CHILENO: Luis en zunga tipo bóxer en la piscina en la IVta Región.
Debo aclarar que no ha sido un cambio tan violento, ha sido algo paulatino en el transcurrir de los años, pero este año hay otro aire, otro ímpetu, otra mentalidad colectiva, aunque no pueda generalizarlo a todos los lugares ni toda la población, pero si de la vivencia directa: cada vez hay menos rollo con usar zunga.
Y por qué lo digo? Por dos motivos principales:
El primero, porque se observa en mucho menor cantidad las miradas incómodas, inquisidoras o “pacatas”, ninguna broma o alusión directa, y me atrevería a decir que quien hace un comentario a algún conocido, lo hace “en silencio”, como autocensurándose para no ser “sorprendido” en una actitud que poco a poco va siendo innecesaria. La única excepción a ello, fue una mujer a la cual sus amigas y amigos la empezaron a bromear, al yo pasar, sin darme cuenta, situación advertida con humor por mi pareja: “ya… golosa… esta viene a puro mirar a la playa cuando anda alguien en zunga”… “bueno, pero si los ojos son pa mirar poh” habría respondido, entre risa y picardía…
ZUNGUERO CHILENO: Luis disfrutando en zunga en la playa en la IVta región durante sus vacaciones.
El segundo, un obvio aumento del uso de la zunga en las playas de la 4ta región. Si bien no es masivo, se observa cada cierto trecho alguien en bóxer o zunga en medio de su grupo familiar, caminando por la playa, tomando sol, o practicando deportes
En este sentido… bienvenida la apertura mental!
En tiempos de aceptar, de no criticar o anteponer prejuicios a la evaluación que hacemos de los demás, sino de mostrar respeto por las decisiones y formas de vida de cada cual, la relación con el cuerpo, y dentro de ello, el uso de la zunga, al parecer vive un momento de resignificación positiva…. Si la pancarta hoy es ser feliz, el goce del cuerpo cobra una significación especial, luego de tantos años y siglos en que la corporalidad y el placer han estado asociados a lo pecaminoso, lo oculto o lo indebido, para cobrar ahora relevancia en la relación con el goce, lo natural y hasta lo sacro que puede encerrar una relación estrecha con lo que se nos es dado con motivo de la sola existencia y lo que estamos dispuestos a permitirnos a nosotros mismos (y como reflejo, a los demás).
ZUNGUERO CHILENO: Luis disfrutando en zunga junto a su señora en la playa en la IVta región durante sus vacaciones.
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